Llevo ya varios días revisando las casi cien solicitudes que se han hecho para acceder a la beca que voy a conceder para acceder a mi programa. Si no compartiste la beca con tus contactos, ya es demasiado tarde. Si lo hiciste, puede que esa persona sea la beneficiaria.
¿Cuándo lo sabremos?
Buena pregunta.
Te seré sincera, no contaba con tantísimas solicitudes y como me comprometí a hacerlo yo misma, ahora no puedo echarme atrás y delegar la gestión a mi equipo, lo que significa que debo hacer las llamadas y entrevistas yo misma, uno a uno.
Así que me temo que esto me va a llevar más tiempo del que pensaba, pero te lo contaré pronto.
Por una parte, estoy muy ilusionada de poder conocer proyectos y personas tan interesantes como estoy conociendo. Por otra, tengo un poco de ansiedad porque es una responsabilidad muy grande y aunque no seré yo sola la que decida quién se llevará esa beca, si que mi decisión (como es obvio) tendrá mucho peso.
Algo que estoy viendo y que se repite entre los aspirantes es que mucha gente pospone sus sueños, no por falta de dinero o de tiempo, sino por sus propios miedos y creencias. Se cuentan la excusa del dinero o del tiempo sólo para no sentirse mal consigo al posponer ese sueño.
No hay necesidad de retrasar nuestros sueños, podemos comenzar a trabajar en ellos desde hoy mismo.
Sólo tenemos que tener claro cuál es nuestro objetivo y luchar por él. Convertir las ideas en realidad no tiene mayor secreto que dedicarle ganas y trabajo.
Si hay algo que la vida me ha ido enseñando a base de equivocarme, ha sido a pedir ayuda y buscar un punto de apoyo.
Es importante tener a alguien que nos aconseje con las decisiones que deberemos tomar para sacar adelante nuestro proyecto, pero ese alguien no puede ser cualquiera, debe ser una persona que comprenda cada detalle, así que es preferible que esté conectada de algún modo con tu proyecto o, en su defecto, que te escuche con muchísima atención.
Yo he tenido la suerte de tener varios mentores y amistades con las que compartir información importante y en cuyo criterio confiar, porque este mundo está lleno de decisiones que tomar y a veces hacerlo sóla puede resultar agotador. ¿Qué portada elijo? ¿Qué título le pongo al libro? ¿Cuándo lo publico?, ¿cómo?, ¿dónde? ¿Escribo esto o lo otro? ¿Qué tiempo verbal utilizo, presente o pasado? ¿Primera persona o tercera persona? ¿Abandono esta idea o la sigo? ¿Cómo hago para llegar a los lectores? ¿Cómo ganar dinero invirtiendo lo menos posible?
Y así un sinfín de preguntas que surgirán en torno a tu proyecto, porque la vida en general está repleta de incógnitas, nos somete continuamente a tomar decisiones que cambiarán el rumbo. Puede parecer que estas pequeñas alternativas no suponen ningún riesgo, pero créerme cuando te digo que sí, por eso es importante tener en cuenta hasta el más mínimo detalle.
Si quieres llegar lejos con tu proyecto vas a tener que tomar decisiones, constituye un rol esencial cuando se toman las riendas, y aunque dispongas de alguien que te ayude y te de su visión, tú serás en última instancia quién deba decidir. Cada disyuntiva tendrá sus pros y sus contras y después de valorarlos deberás tomar una decisión.
Cada día me enfrento a un montón de decisiones que afectan a mi trabajo y a mi vida. Tengo que ir adaptando los planes según se dan las circunstancias.
La publicación de mi novela número 10 es una de mis grandes apuestas para este 2024 al igual que mi programa de formación. Me veo divida entre dos mundos, por la mañana me dedico a escribir y por la tarde a la formación.
Sin embargo, surgen imprevistos. He reescrito dos veces la obra y hay una parte que no consigo acabar: el final. Ahora sé lo que quiero que suceda en esos últimos capítulos, pero no consigo plasmarlo en el papel. Algo me frena.
Siempre me he exigido demasiado, pero con esta novela creo que estoy rozando el límite de lo enfermizo.
Sólo puedo seguir trabajando para no decepcionar a mis lectores que esperan lo mejor de mí en esta novela y a mis alumnos, quienes han depositado la confianza de sus proyectos en mí.
Pero sobre todo quiero seguir trabajando en mí, en estar bien, en conservar la fuerza y la cordura, porque yo soy mi mejor proyecto.
Nos pasamos el día pensando en lo que los demás esperan de nosotras, en todas las cosas que tenemos que hacer, en cumplir los plazos (yo ya no doy fechas de nada), y en general en la vida del exterior y así nos olvidamos de lo más importante: NOSOTRAS.
Recuerda que tú eres tu mejor proyecto y que la inversión en ti será la que te genere mayor retorno.
Un besazo,
Hola Elsa. Llegué a ti por recomendación de María Fornet. Me encanta lo que haces y quiero empezar a leerte, pero todas tus novelas me parecen interesantes. Para alguien que va llegando a tu Universo literario, ¿por cuál de tus libros recomiendas iniciar?
Gracias!