Nunca me había preguntado por qué se regala una rosa el día del libro en Cataluña. Supongo que es de esas cosas que simplemente aceptas sin cuestionarte.
La cosa es que el otro día mi chico me contó la historia y aunque probablemente tú ya la conozcas y yo no vaya a contártela con la pasión con la que él lo hizo, quiero igualmente compartirla contigo para conmemorar este día que nos une en
Cuenta la leyenda que, en una aldea lejana, un dragón tenía atemorizado a los habitantes con su aliento de fuego. La bestia causaba estragos en el ganado y cada vez se acercaba más a la población, por lo que los vecinos empezaron a ofrecerle las vacas; cundo se acabaron, siguieron con las ovejas, los bueyes… hasta que no les quedó más remedio que sacrificar a los propios habitantes por sorteo.
Un día, en uno de esos sorteos, le tocó a la hija del rey. La princesa atravesó la muralla del castillo aterrada y se dirigió a su terrible destino. Cuando el dragón avanzó hacia ella y todo parecía perdido, apareció Jordi, un apuesto caballero. Desde su caballo blanco, con la espada reluciente que portaba en su mano, arremetió contra el dragón.
Del charco de sangre que se formó alrededor del animal, brotó un rosal con rosas tan rojas como la sangre. El caballero tomó una de esas rosas y se la regaló a la princesa.
No sé si tú también lo ves, pero detrás de esta imagen tan «idílica», se esconde una narrativa donde la conquista amorosa se ve como un acto de dominio sobre la mujer. Una idea sigue que influyendo en cómo vemos el amor y el cortejo a día de hoy.
Según esta antigua leyenda de Sant Jordi, los hombres han de regalar una rosa a las mujeres y estas, un libro a aquellos.
Afortunadamente, esta «tradición», que además de una fuerte carga de romanticismo tóxico, está impregnada de machismo, ya no se sigue y hoy en día cualquiera, con independencia de su género o sexo, puede regalar o esperar una rosa o un libro indistintamente (o ambos).
Además de las leyendas antiguas, la novela romántica también ha perpetuado la idea de que la mujer es pasiva y el hombre un salvador, símbolo de valentía y galantería. Lo más triste es que esta concepción sigue vigente entre muchos lectores de este género, como recientemente dije en una entrevista para el diario de Tarragona que te dejo aquí.
Es hora de desafiar estas leyendas y crear nuevas narrativas que celebren la diversidad y promuevan el respeto y la igualdad. Así que hoy, antes de regalar un libro o una rosa, reflexiona sobre el contenido de la historia que estás regalando o el significado de regalar esa rosa.
Si nos lo proponemos, podemos construir un futuro más inclusivo.
Feliz día del libro,